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  1. 8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

  2. Entonces me arrodillé a los pies del ángel, para adorarlo, pero él me dijo: «¡No lo hagas! Adora a Dios, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos los que siguen confiando en el mensaje que les dio Jesús.» Porque el mensaje que Jesús enseñó es lo que anima a la gente a seguir anunciándolo.

  3. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. Reina Valera 1909

  4. Y viene ese ángel atravesando planetas a la velocidad de la luz, y llegó a la cima del monte y grita: “Abraham, no lo hagas, porque he visto tu fe, por cuanto no rehusaste a tu propio hijo, he aquí que todas las familias de la tierra serán benditas en ti, y tu descendencia será como las estrellas”.

  5. Hechos 12:22-23 RVR1960. Compartir. Reina Valera NTV NVI TLA RVC. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos. RVR1960: Biblia Reina Valera 1960. Leer Hechos 12. Escuchar Hechos 12. Comparar todas las versiones: Hechos 12:22-23.

  6. Génesis 22:11-24 Nueva Traducción Viviente ( NTV) En ese momento, el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham! —Sí —respondió Abraham—, ¡aquí estoy! —¡No pongas tu mano sobre el muchacho! —dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios.

  7. Génesis 22:11-12 Nueva Traducción Viviente ( NTV) En ese momento, el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham! —Sí —respondió Abraham—, ¡aquí estoy! —¡No pongas tu mano sobre el muchacho! —dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios.