Resultado de búsqueda
Las abandonadas me dan estas penas porque casi todas son mujeres buenas son manzanas secas, son frutas caídas, del árbol frondoso y alto de la vida. De sus hondas cuitas ni el Señor se apiada, porque de esas cosas Dios no sabe nada, y así van las pobres, llorando un cariño, recordando a un hombre, y arrastrando un niño.
¡Las abandonadas son fruta caída del árbol frondoso y alto de la vida; son, más que caída, fruta derribada por un beso artero como una pedrada! Por las calles ruedan esas tristes frutas como maceradas manzanas enjutas, y en sus pobres cuerpos antaño turgentes, llevan la indeleble marca de unos dientes… Tienen dos caminos que escoger: el ...
¡Las abandonadas son fruta caída. del árbol frondoso y alto de la vida; son, más que caída, fruta derribada. por un beso artero como una pedrada! Por las calles ruedan esas tristes frutas. como maceradas manzanas enjutas, y en sus pobres cuerpos antaño turgentes, llevan la indeleble marca de unos dientes... Tienen dos caminos que escoger: el quicio
Las abandonadas. Julio Sesto. ¡Cómo me dan pena las abandonadas, que amaron creyendo ser también amadas, y van por la vida llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un niño!... ¡Cómo hay quien derribe del árbol la hoja. y al verla en el suelo ya no la recoja, y hay quien a pedradas tire el fruto verde.
Las abandonadas me dan estas penas porque casi todas son mujeres buenas son manzanas secas, son frutas caídas, del árbol frondoso y alto de la vida. De sus hondas cuitas ni el Señor se apiada, porque de esas cosas Dios no sabe nada, y así van las pobres, llorando un cariño, recordando a un hombre, y arrastrando un niño.
Las Abandonadas. Julio Sesto. ¡Como me dan pena las abandonadas, que amaron creyendo ser también amadas, y van por la vida llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un niño!... ¡Como hay quien derribe del árbol la hoja. y al verla en el suelo ya no la recoja, y hay quien a pedradas tire el fruto verde.
9 de dic. de 2016 · De sus hondas cuitas ni el Señor se apiada, porque de esas cosas Dios no sabe nada, y así van las pobres, llorando un cariño, recordando a un hombre, y arrastrando un niño. Las Abandonadas ...