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La Viuda Alegre, con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y en luna nueva vestida de blanco. Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho
23 de jul. de 2015 · Fuente: http://ferrenafesican.blogspot.com/2011/12/leyendas-y-mitos-de-ferrenafe.html. Vestida de blanco y de pequeña estatura, con grandes mantos la viuda alegre se encuentra sentada sola en una banca del parque esperando a su futuro amante.
La Viuda Alegre, Mitos & Leyenda de Lambayeque. Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco.
30 de may. de 2016 · Leyenda La Viuda alegre. Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco.
La Viuda Alegre (Lambayeque) Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco.
la viuda alegre (lambayeque) Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco.
14 de jun. de 2016 · Seguía la chupeta y las composturas de cuerpo en las madrugadas como de costumbre; el macho Egart enfermó y no duró ni cuatro días más. Se fue en pos de la viudita alegre. Y como la señora encontró su otro gil, se encuentra satisfecha y dejando a los lechuzones hacer sus correrías sin estorbo.