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  1. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente! Y en tus propios sufrimientos ha de cruzar entre un llorar de bronces

  2. Ausente, César Vallejo: Poema original en análisis. ¿Cuándo? Publicado en 1918, en el libro Los heraldos negros . Lectura en audio con IA (en pruebas) Ausente! La mañana en que me vaya 1. más lejos de lo lejos, al Misterio, 2. como siguiendo inevitable raya, 3. tus pies resbalarán al cementerio. 4. Ausente! La mañana en que a la playa 5.

  3. Poesía Ausente de César Vallejo. Se hace un análisis del poema : de su rima, versificación y ritmo. Se incluyen también bellos carteles del poema para compartir.

  4. poemario.com › pdf › ausenteAusente

    César Vallejo Ausente Poema original: Ausente! La mañana en que me vaya más lejos de lo lejos, al Misterio, como siguiendo inevitable raya, tus pies resbalarán al cementerio. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio.

  5. 8 poemas geniales de César Vallejo. César Vallejo (1892-1938) es uno de los mayores exponentes de la poesía vanguardista latinoamericana del siglo XX. Sus aportes literarios revolucionaron la manera de escribir y su influencia ha repercutido por todo el mundo.

  6. Ausente! La mañana en que me vaya mas lejos de lo lejos, al Misterio, como siguiendo inevitable raya, tus pies resbalarán al cementerlo. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio.

  7. Ausente! La mañana en que a la playa del mar de sombra y del callado imperio, como un pájaro lúgubre me vaya, será el blanco panteón tu cautiverio. Se, habrá hecho de noche en tus miradas; y sufrirás, y tomarás entonces penitentes blancuras laceradas. Ausente! Y en tus propios sufrimientos ha de cruzar entre un llorar de bronces