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13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. 14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida y para que entren en la ciudad por las puertas. 15 Pero los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y ...
Apocalipsis Capítulo 22 Después el ángel me mostró el río de agua de la vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de la ciudad, a uno y otro lado del río, hay árboles de la vida, que dan fruto doce veces, una vez cada mes, y sus hojas sirven de medicina para las naciones. - Biblia Católica (Latinoamericana)
Traducción en lenguaje actual. 22 Luego el ángel me mostró un río de aguas que dan vida eterna. Ese río salía del trono de Dios y del Cordero, y era claro como el cristal; 2 sus aguas pasaban por en medio de la calle principal de la ciudad. En cada orilla del río había árboles que daban fruto una vez al mes, o sea, doce veces al año.
Reina-Valera 1960. 12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Read full chapter.
Apocalipsis 22:13. LBLA. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. JBS. YO SOY el Alfa y la Omega, principio y fin, el primero y el postrero. DHH. Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin.». NBLA.
Las dos bestias. 13 Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. 2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y ...
Apocalipsis 22:13 es una de las promesas más importantes de la Escritura. El verso reafirma nuestra fe en Dios como el Creador y el sostén de todo lo que existe en el universo. Nunca estamos solos porque Dios siempre está presente, no solo como Creador sino también como el padre amoroso que nos guía, nos protege y nos consuela.
