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DÍAS DE VINO Y ROSAS. By using this website, you agree to our use of cookies.
Joe Clay, jefe de relaciones públicas de una empresa de San Francisco, conoce durante una fiesta a la bella Kirsten Arnesen. La muchacha se muestra cautelosa al principio, debido a la afición de Joe a la bebida, pero después sucumbe ante su simpatía y se casa con él. Título original Days of Wine and Roses. IMDb Rating 7.9 11,534 votos.
Desamor = ansias de beber. Curiosamente de aquellos años solo recuerdo los pocos besos que me tocaron pero de las infinitas borracheras prefiero no recordar nada de nada. La ecuación es simple: días de vino muchos; días de rosas muy, muy pocos. Y recuerdo de nuevo haberme cruzado con esta agresión al alma al que algunos llaman película.
Cuesta reconocer a la joven de ojos brillantes durante el paseo nocturno en el que recita los versos que sirven de título a la película (“Largos no son los días de vino y rosas: de un nebuloso sueño surge nuestro sendero y se pierde en otro sueño” – fotograma 3) en la Kirsten que yace semiinconsciente, completamente alcoholizada, en la sucia habitación de un motel (fotograma 4); y ...
Días De Vino y Rosas (Days Of Wine And Roses) (1962) de Blake Edwards. Dirección: Blake Edwards. Intérpretes: Jack Lemmon, Lee Remick, Charles Bickford, Jack Klugman. Joe Clay (Jack Lemmon), relaciones públicas de una empresa, conoce y se enamora en una fiesta de Kirsten Anderson (Lee Remick), con quien termina casándose.
Días de vino y rosas es una película estadounidense de 1962 dirigida por Blake Edwards y con Jack Lemmon, Lee Remick, Charles Bickford y Jack Klugman como actores principales. Fue ganadora del Oscar a la mejor canción 1962 a la mejor música y la mejor canción: Henry Mancini y Johnny Mercer, por la canción Days of Wine and Roses.
Para mí decir que "Días de vino y rosas" es una película sobre el alcohol es rebajarla al vulgarismo de la masa cinematográfica más hueca. Esta película no es buena porque te abra los ojos a lo malo que es estar todo el día entonado. Que no. Ni porque cuele el sentimentalismo que la acompaña amén del tema que toca, patético de por sí.