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Las Enigmáticas Moeraki Boulders. Las Moeraki Boulders, son enormes rocas esféricas que se encuentran en la playa de Koekohe en la costa de Otago de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Apareciendo como una congregación de planetas, las piedras, con su gran tamaño y formas redondeadas casi perfectas, dan a luz a un paisaje extraño.
Si por algo destaca Nueva Zelanda es por sus increíbles paisajes y belleza natural. Uno de los rincones más singulares e insólitos en esta parte del mundo es Koekohe Beach, una singular y hermosa playa cuyo principal característica son sus rocas esféricas gigantes (algunas casi perfectas y de una circunferencia de 2-4 metros) que, dependiendo de si la marea está alta o baja, pueden verse ...
16 de oct. de 2015 · Las esferas de piedra MOERAKI son formaciones rocosas, de forma redonda y se encuentran tumbadas en la playa Koekohe en Otago Norte en Nueva Zelanda. Parecen esferas de roca de otro mundo que se cortaron por la mitad y arbitrariamente fueron colocadas en la playa. Las rocas varían en tamaño de 0,5 metros a 2,2 metros de diámetro y pueden ...
Concretamente a Nueva Zelanda, país de cuyos paisajes la saga de películas El señor de los anillos nos ha brindado imágenes espectaculares. Pero casi todos de verdes praderas, frondosos bosques o montañas nevadas cortadas a pico. Playa Koekohe en Moeraki / foto Bernard Spragg – dominio público en Flickr
25 de ene. de 2024 · Una costa de 15,000 km de norte a sur de Nueva Zelanda lee sobre 10 playas gloriosas como Piha Beach, Hot Water Beach, Ninety Mile Beach y muchas otras. ... El pub más al norte de Nueva Zelanda está muy cerca de esta playa. Playa de Koekohe Ubicación - Waitaki, Isla Sur.
Otra de las formaciones rocosas naturales más hermosas de Nueva Zelanda, las rocas Moeraki en Dunedin, que tienen unos 60 millones de años, se encuentran en la playa de Koekohe. Su historia, envuelta en leyendas maoríes, es bastante misteriosa, pero fue creada por capas superpuestas.
Las rocas de Moeraki son enormes rocas esféricas en la playa de Koekohe, en la costa de Otago, en la isla sur de Nueva Zelanda. Apareciendo como una congregación de planetas, las piedras, con su gran tamaño y formas casi perfectas, dan a luz a un paisaje extraño.
