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  1. El cuervo, que se siente muy orgulloso de su tesoro, comienza a graznar para mostrar su felicidad. En ese momento, aparece un zorro que, al ver al cuervo y su queso, ideó un plan para conseguir el queso para él. El zorro le dijo al cuervo lo hermoso que era su canto y le pidió que le cantara algo. El cuervo, que se dejó llevar por su ...

  2. Un día, se encontraba un cuervo encaramado en la copa de un árbol, degustando un rico trozo de queso. Bajo el árbol que habitaba el cuervo, merodeaba una zorra que había sido atraída por el olorcillo del queso. – ¡Buenos días, señor cuervo! ¡Qué bello plumaje viste! Desde luego, si su canto es igual a su plumaje….

  3. Atraído por el aroma, un zorro que pasaba por ahí le dijo: -¡Buenos días, señor Cuervo! ¡Qué bella traza tienes! Si el canto corresponde a la pluma, tu tienes que ser el Ave Fénix. Al oír esto el cuervo, se sintió muy halagado y lleno de gozo, y para hacer alarde de su magnífica voz, abrió el pico para cantar, y así dejo caer el queso.

  4. Le dijo el zorro. -Qué bonito estás hoy, y qué lindas plumas tienes! El cuervo se puso muy contento al oir estas alabanzas. El zorro lo aduló más todavía: -Debes tener una hermosa voz. ¡Si tu canto es tan bello como tus plumas, serás el mejor pájaro del bosque! El cuervo, más y más orgulloso, quiso mostrar una linda voz. Abriendo el ...

  5. El cuervo y el zorro. De Wikisource, la biblioteca libre. metadatos. En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído, un Zorro muy maestro le dijo estas palabras un poco más o menos: "¡Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño! ¡Vaya que estáis donoso, mono, lindo ...

  6. El zorro y el cuervo, es una de las fábulas más conocidas de Esopo.Y es que, su moraleja o enseñanza está de actualidad siempre. Este relato corto viene a enseñar que no debemos fiarnos de las alabanzas y elogios de los demás. No hay que confiar en quien solo nos ensalza.

  7. El zorro, en realidad, no hizo ningún movimiento para marcharse, sino que esperó el tiempo justo. El cuervo, como estaba lleno de vanidad, abrió el pico y empezó a cantar. Esto hizo que el trozo de queso cayera y aterrizara justo a los pies del zorro, que no dudó ni un segundo en metérselo a la boca de un solo bocado.

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