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Jane Eyre. Autor/a : Charlotte Brontë Traductor/a : Elizabeth Power Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester.
Para mi es un buen libro. Este libro cuenta la historia de Jane, una joven huérfana a la que la vida trata con dureza. La novela es a la vez una obra romántica en el sentido más amplio del término, con intriga y de maduración de la protagonista. Se lee con facilidad y está escrita correctamente.
Sinopsis de JANE EYRE. Jane Eyre, la obra que consagró el éxito fulminante de Charlotte Brontë. Marcada por su temprana orfandad materna, la escritora británica Charlotte Brontë, que a lo largo de su corta vida (1816-1855) acumuló muchos lutos, revela en su obra el apasionado deseo de encontrar un lugar en el mundo.
Con el libro en las rodillas me sentía feliz a mi modo. Sólo temía ser interrumpida, y la interrupción llegó, en efecto. La puerta del comedorcito acababa de abrirse. -¡Eh, tú, doña Estropajo! -gritó la voz de John Reed. Al ver que el cuarto estaba, en apariencia, vacío, se interrumpió. -¡Lizzy, Georgy! -gritó-. Jane no está aquí.
Jane Eyre (1847) apareció firmada como Currer Bell y Charlotte Brontë tardó años en reconocer su autoría. Nos hallamos ante una novela adelantada a su tiempo, tanto en lo narrativo como en lo temático, una obra que trasciende el romanticismo al uso para adentrarse en los terrenos autobiográfico e ideológico.
La Lucha de una Mujer por la Libertad y la Igualdad. «Jane Eyre» narra la historia de su protagonista homónima, una huérfana que enfrenta adversidades y desafíos desde una temprana edad. Después de una infancia difícil en la casa de su tía y en una escuela para niñas pobres, Jane se convierte en institutriz en Thornfield Hall, donde ...
Con el libro en las rodillas me sentía feliz a mi modo. Sólo temía ser interrumpida, y la interrupción llegó, en efecto. La puerta del comedorcito acababa de abrirse. -¡Eh, tú, doña Estropajo! -gritó la voz de John Reed. Al ver que el cuarto estaba, en apariencia, vacío, se interrumpió. -¡Lizzy, Georgy! -gritó-. Jane no está aquí.
